jueves, 27 de noviembre de 2014

HISTORIA DE LAS POSADAS


Los peregrinos acompañados por un grupo de invitados a la posada salen de la casa y piden posada en la puerta, entonando los villancicos. Las personas que se quedaron en el interior de la casa deben negar la posada obligando a los peregrinos a pedir posada dos o tres veces, hasta darles hospedaje con los cantos tradicionales (villancicos). 


Esta actividad está repleta se símbolos y analogías…. La piñata debe ser una piñata de 7 picos que representan los 7 pecados capitales pero además debe estar llena de dulces que representan la gracia de Dios, la venda en los ojos representa la fe, el palo representa a Dios y los que gritan representan a la iglesia católica. El acto de romper la piñata puede interpretarse más o menos de la siguiente forma: 

Cada uno de nosotros con una fe ciega (ojos vendados) en la ayuda de Dios (el palo) nos disponemos a combatir el pecado (intentar golpear la piñata), nuestros hermanos nos ayudaran y nos indicaran el camino a seguir para lograrlo mas fácilmente (los gritos de la gente) y cuando finalmente logremos
vencer al pecado (romper la piñata) la gracia de Dios (los dulces) se derramaran sobre nosotros. 

La posada termina con una convivencia en la que se puede dar de cenar a los invitados e inclusive puede haber bebida. Hay quien dice que la cena es para celebrar que se venció al pecado (se rompió la piñata). Los 9 días tradicionales de posadas se hacen en honor a los 9 meses de embarazo que vivió María. Estas fiestas se realizan todos los días desde el 16 de diciembre hasta la noche del 24. En las colonias la gente se reúne en diferentes casas, al principio se forma una pequeña peregrinación donde al frente van dos o varias personas cargando pequeñas estatuas de José, María, el Ángel y a veces un burro (en muchos lugares se llega a representar en vivo con gente personificada). 

Originalmente se rezaba un rosario antes de empezar o durante la posada; después se reparten velas y se prenden para cantar la letanía, se camina hasta el frente de una casa y se canta para pedir alojamiento (posada) para José y María, después las personas que ya estaban dentro de la casa cantan para negar el asilo hasta que ven que son José y María quienes lo piden; se deja entrar a toda la gente cantando "entren santos peregrinos", y aquí es donde comienza la diversión. Luego toca el turno a romper la piñata. La piñata se hace con una olla de barro que se cubre con papel de muchos colores y se rellena de dulces y fruta, esta representa al demonio con los colores llamativos para cautive al hombre y seda a la tentación. Las piñatas originales constaban de siete picos que representaban los siete pecados
capitales. 

Para romperla primero se cuelga, los niños esperan su turno para pegarle con un palo y finalmente romperla; pegarle a la piñata conlos ojos vendados representa la fe como una virtud que nos permite creer sin tener que ver; el palo con el que se le pega representa la fuerza de la virtud para romper las tentaciones del mundo. Una vez que se rompe la piñata caen los dulces y fruta que contenía y finalmente todos se lanzan a fin de recoger una parte; el relleno de la piñata representa el amor de Dios ya que al destruir al mal se obtienen los bienes anhelados. 

A las personas que no pueden acercarse a recoger dulces se les reparten "aguinaldos", que son bolsitas con dulces, galletas y fruta para que nadie se quede sin los beneficios de la piñata. 


Las posadas son fiestas populares que en México se celebran durante los nueve días antes de Navidad, o sea del 16 al 24 de Diciembre. Estas fiestas recuerdan el peregrinaje de María y José desde su salida de Nazaret hasta Belén donde buscan un lugar donde alojarse para esperar el nacimiento del niño Jesús.  

En el México prehispánico celebraban el advenimiento de Huitzilopochtli (Dios de la Guerra) durante la época invernal o Panquetzaliztli, que iba del 17 al 26 de diciembre, que coincidía con la época donde los europeos celebraban la Navidad. 

Estas celebraciones fueron cambiando una vez que el pueblo fue evangelizado y la imagen de 
Huitzilopochtli fue sustituida por la de José y María. 

Amenizadas con cánticos o villancicos, las posadas reaniman el espíritu religioso de los participantes, están llenas de emoción, alegría y amistad que siempre se respira durante este tiempo.  

Las posadas tradicionales tienen ligeras variantes de acuerdo al lugar en donde se celebren y han ido cambiando con el tiempo, sin embargo sus partes más importantes son:  el pedir posada con los villancicos tradicionales, el rezar el rosario, el romper la piñata, y claro que nunca pueden faltar los aguinaldos, el ponche, las velas, la fruta, las luces de bengala y en algunas ocasiones la cena y 
los regalos. 

Para empezar En varias poblaciones las posadas se celebran en las calles las cuales previamente se adornan con hilos de heno y faroles. Y en otras muchas poblaciones se sustituyen los tradicionales peregrinos de barro por elementos vivos, causando mayor emotividad entre los asistentes. 

No existe templo, parroquia o capilla por pequeña que sea que durante el período del 16 de Diciembre al 6 de Enero, que no levante un nacimiento en ocasiones con verdaderas joyas escultóricas o figuras de barro realizadas en Tonalá o Tlaquepaque y celebren las posadas con cantos religiosos, guijolas, panderos, triángulos, etc., para crear mayor alegría en los asistentes. 

A la hora de pedir posada, la tradición nos dice que José y María tuvieron que ir de puerta en puerta pidiendo posada, este hecho podría no ser muy relevante ya que es muy probable que no hayan sido los únicos peregrinos que no encontraban lugar para pasar la noche, pero el caso de José y María es muy especial ya que María se encontraba embarazada y a punto de dar a luz. Para representar este acontecimiento, dos voluntarios se pueden vestir como José y María, o pueden utilizar figuras de los peregrinos de las que se colocan en los nacimientos.  




martes, 25 de noviembre de 2014

HISTORIA DE LAS PASTORELAS



Al llegar los frailes franciscanos a México después de la conquista española, descubrieron que los indígenas realizaban ritos y festividades en torno a sus dioses, muchos de ellos representados en esculturas o tallados en bajos y altos relieves en sus edificios. La mayor parte de estos ritos y festividades estaban acompañados por flores multicolores, música, cantos, alimentos y en algunas ocasiones por sacrificios humanos. 

Por ello, los frailes entendieron que para evangelizar a los indígenas  tenían que hacerlo a través de sus costumbres, retomando sus símbolos de vida y retirandolos de muerte, así nacieron las primeras pastorelas. 

Lo primero que se logró fue que los indígenas le cantaran al nuevo “Dios” que llegaba con ellos desde el viejo mundo. Fray Pedro de Gante fue el primero en escribir pastorelas muy solemnes sobre la ley de Dios y de la fe. Para la Pascua, mandó llamar a los indios a veinte lenguas alrededor de México para que asistieran a la fiesta de natividad, congregándose un gran número de ellos en el patio de la iglesia quienes entonaron una canción que describía lo anterior:  “Hoy nació el redentor del mundo.” 


Para 1530, Fray Juan de Zumárraga ordenó que se escenificara la “La Natividad gozosa de Nuestro creador” durante las primeras fiestas de navidad que se celebrarían en tierras conquistadas. Así la Iglesia aprovechó el gusto indígena por el espectáculo y comenzó a crear un teatro catequizante. 

Pocos años después se cree que fue Fray Andrés de Olmos quien redactó la primera pieza referente a la “Venida y Adoración de los Reyes Magos” y se cuenta que cerca de 5 mil indígenas presenciaron la escena. Los personajes que se representaron fueron: El Niño Jesús, La Virgen María, San José, Melchor, Gaspar, Baltasar, un mensajero, un ángel, el rey Herodes, un mayordomo y tres sacerdotes judíos. Estos, con algunas variaciones, son los personajes que se siguen presentando en la actualidad. 
A este fraile se le atribuye también un auto sobre el Juicio Final totalmente en náhuatl para la total comprensión de los indígenas. 

Además de las pastorelas, empezaron a celebrarse Misas que llamaban de “aguinaldo” las cuales se celebraban durante nueve días continuos antes de la pascua. Estas “misas de aguinaldo” son las antecesoras de las Posadas las cuales se celebraban con gran fiesta, en la Historia de los Indios de la Nueva España podemos darnos cuenta de la manera en la que se celebraban: “Adornan sus iglesias muy pulidamente con los paramentos que pueden haber y lo que les falta de tapicería suplen con muchos ramos, flores, espadañas y juncia que echan al suelo y por donde tiene que pasar la procesión hacen muchos arcos triunfales hechos de rosas, con muchas labores y lazos de las mismas flores; y hacen muchas piñas de flores, cosa muy de ver. Los indios, señores y principales con piñas de rosas en las manos, bailan y dicen cantares en su lengua de las fiestas que celebran que los frailes se los han traducido y estos bailes y cantos comienzan a la media noche. La noche de navidad ponen muchas lumbres en los patios de las iglesias y en los terrados de sus casas y como son muchas las casas de azotea, y van las casas una legua y dos, y más, parecen de noche un cielo estrellado; y generalmente cantan y tañen atabales y campanas.Ponen mucha devoción y dan alegría a todo el pueblo...” 

Otro fraile a quien los indígenas le decían “Motolinía”, por su humildad en su vestuario, y el trato afectuoso y comprometido con los alumnos; él describe que todos oían Misa en las capillas posas de las iglesias. Para estas celebraciones los indígenas traían una estrella desde lejos, tirada de un cordel y delante de la imagen de la virgen y del niño Dios, ofrecían velas, incienso, palomas o codornices, de esta manera vemos como la navidad empezó a celebrarse con música, bailes, cantos, piñatas y flores espectaculares que ellos llamaban cuetlaxochitl (flor de nochebuena).  

Es así como esta festividad se convirtió en tradición, primero para el indígena, después para el mestizo y el criollo y por último para las nuevas generaciones. Un autor escribe dos siglos más tarde, sobre los mexicanos: “En todas estas devociones exceden a los europeos en mucho. Las funciones de iglesia las celebran con gran magnificencia. Las Campanas son más en número, de mayores tamaños y más sonoras que las de Europa” (Francisco de Ajofrín, siglo XVIII). 

Otro fraile a quien los indígenas le decían “Motolinía”, por su humildad en su vestuario, y el trato afectuoso y comprometido con los alumnos; él describe que todos oían Misa en las capillas posas de las iglesias. Para estas celebraciones los indígenas traían una estrella desde lejos, tirada de un cordel y delante de la imagen de la virgen y del niño Dios, ofrecían velas, incienso, palomas o codornices, de esta manera vemos como la navidad empezó a celebrarse con música, bailes, cantos, piñatas y flores espectaculares que ellos llamaban cuetlaxochitl (flor de nochebuena). 
  
Es así como esta festividad se convirtió en tradición, primero para el indígena, después para el mestizo y el criollo y por último para las nuevas generaciones. Un autor escribe dos siglos más tarde, sobre los mexicanos: “En todas estas devociones exceden a los europeos en mucho. Las funciones de iglesia las celebran con gran magnificencia. Las Campanas son más en número, de mayores tamaños y más sonoras que las de Europa” (Francisco de Ajofrín, siglo XVIII). 



lunes, 24 de noviembre de 2014

HISTORIA DE LOS VILLANCICOS


La palabra "villancico" deriva de la denominación (villanos) dada a los habitantes de las villas, para diferenciarlos de los nobles o hidalgos. En España, el origen de los villancicos se halla en una forma de poesía preferentemente cultivada en Castilla, parecida al zéjel. Esta es una forma de composición o métrica popular de los musulmanes españoles.(Por ej.: "Zéjeles del Cancionero de Aben Guzmán"). Antes de denominarse villancicos, recibieron también los nombres de "villancejos" o "villancetes", originalmente los villancicos tenían temas populares, no necesariamente religiosos, es años más tarde se escriben villancicos que hablan del Niño Jesús y la Navidad. Estas canciones de Navidad son muy valoradas por la Iglesia Católica. Y la más antigua data del siglo IV: "Jesus refulsit omnium", atribuida a San Hilary de Poitiers. 

Más tarde, la música navideña cristiana del Medioevo, siguió las tradiciones del "Canto Gregoriano", mientras que en el Renacimiento italiano, surgió una forma de canciones navideñas más alegre y juguetona. De algún modo, ellas se acercan más a los posteriores villancicos que hoy conocemos.  

En inglés, los villancicos son denominados "carols". La palabra tiene su origen en el francés "caroler", que significa bailar haciendo un anillo o círculo (similar a nuestra "ronda"). Dichas canciones se interpretaban en latín, su contenido era religioso y, debido a su adopción por los países protestantes, las tradiciones musicales de Navidad se intensificaron.  

Una de las más célebres canciones de Navidad es "Noche de Paz" (originalmente "Stille nacht, heilige nacht") cuya letra fue escrita por Joseph Mohr, párroco de un pueblito de Austria y la música, compuesta por un profesor de música, Franz Gruber, poco antes de la Navidad de 1818. El profesor la enseñó a los feligreses y la acompañó en guitarra, dado que el órgano de la iglesita estaba descompuesto, cantándose por primera vez, en la fecha indicada.