Si elegimos una ensalada o una hamburguesa en un restaurante puede deberse a la música. Sí, el tipo de música incide en esas decisiones sugiere un estudio en el Journal of the Academy of Marketing Sciences.
La música ambiente, concluye, tiene un efecto sistemático en la preferencia de los consumidores en cuanto a alimentos saludables y no tan sanos. El volumen impacta la frecuencia cardíaca y la emoción. La música suave tiene un efecto calmante, haciendo que pensemos más al momento de elegir, lo que deriva en general en elecciones más saludables.
Los ambientes con más bulla aumentan la estimulación y el estrés, inspirando a los comensales a ordenar por ejemplo hamburguesa y papas fritas.
“Los restaurantes y supermercados pueden usar la música estratégicamente para influir en la conducta del comprador”, según Dipayan Biswas, PhD, de la Universidad del Sur de la Florida, quien condujo el estudio en un café en Estocolmo, en el cual se tocaron distintos géneros de música en 55 y 75 decibelios.
Durante el experimento de varias horas durante múltiples días, se encontró 20 % de más pedidos poco sanos cuando la música era alta en comparación con lo ordenado durante la música suave.
Los resultados fueron:
A 55 decibelios (295 productos vendidos)
Saludables: 32%
No saludables: 42%
Neutros: 26%
A 70 decibelios (254 productos vendidos)
Saludables: 25%
No saludables: 52%
Neutros: 23%
Estos hallazgos, dijeron los investigadores, permiten a los dueños de restaurantes manipular el volumen de la música para influir en las ventas.
POR RAMIRO VELÁSQUEZ GÓMEZ | PUBLICADO EL 24 DE MAYO DE 2018