Las experiencias estéticas, especialmente la música, se sienten literalmente en la piel, en el cuerpo. Para algunas personas escuchar música produce una especie de corriente eléctrica, que los franceses llaman frisson. Esto se ha rubricado también como un "orgasmo de piel". Ciertos investigadores sostienen que no todo el mundo experimenta este estremecimiento sensorial; algunos no logran compenetrarse lo suficiente con la música o con el arte, y esto tiene que ver con el tipo de personalidad.
El investigador Mitchell Colver y su equipo sometieron a un grupo de voluntarios a música especialmente fértil (según estudios previos) para esta sensación que en español conocemos como "poner la piel de gallina".
El equipo ha identificado que especialmente los pasajes musicales con melodías inesperadas, cambios en el volumen y la entrada de un solista (en la cual va creciendo una nota especialmente bella), llevan a los oyentes a una especie de clímax emocional que produce una sensación aguda que corre por la piel. Quizás se podría comparar con la sensación de encontrarse repentinamente con una persona de la cual estamos enamorados.
Los investigadores creen que esta reacción podría ser un remanente de nuestros antepasados más peludos, que mantenían su temperatura a través de una capa endotérmica de calor debajo de los vellos de la piel. Experimentar un escalofrío después de un rápido cambio de temperatura eleva temporalmente la temperatura.
Los resultados mostraron que las personas que tenían una inmersión cognitiva en una pieza musical tenían más experiencias de frisson. Para probar su hipótesis se midió la "respuesta galvánica de la piel" al tiempo que se escuchaban diversas piezas musicales.
Los resultados luego fueron comparados con tests de personalidad y se encontró una relación con una característica conocida en la literatura como "apertura a la experiencia". Los individuos que poseen esta característica suelen tener imaginaciones muy activas, apreciar la belleza y la naturaleza, buscar experiencias nuevas, y usualmente reflexionan sobre sus sentimientos. Se mezclan aspectos emotivos con intelectuales.
Contrario a lo que podría parecer, ser capaces de ser conmovidos eléctricamente por la música no es un resultado sólo de una sensibilidad emocional sino que depende de ciertos elementos cognitivos intelectuales. Las personas que se involucran con la música evocando imágenes y prediciendo sus sonidos suelen ser más capaces de experimentar el frisson. Los científicos sugieren que las herramientas intelectuales de percepción se traducen en una mayor sensación física.
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via:pijamasurf
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