A sus diecisiete años Robert perdió su vista, sin embargo, estar discapacitado no ha sido una limitante para seguir adelante.Sin poder ver, estudió música en la Escuela de la UAS y aprendió a tocar el saxofón, instrumento musical que es su compañero, parte de su vida.
Con un bastón en una mano y el estuche para guardar el saxofón en la otra extremidad, Robert se abre camino en la vida.Tocando el instrumento busca que los transeúntes lo apoyen con una moneda que servirá para sobrevivir.Esa moneda el día de mañana también lo ayudará para transportarlo a la Facultad de Derecho donde pretende ingresar.
"Yo aspiro a algo más, algo mejor, algo remunerado, si Dios me permite estudiar Derecho", señala.
Este año terminará la preparatoria, la cual cursa en el Cebtis 224 y en 2018, se visualiza en un aula estudiando la licenciatura de leyes.Derecho Familiar o Derecho Internacional, quiere especializarse en un futuro cercano.
Mientras de su saxofón salen notas que atrapan, Robert también capta comentarios inconscientes de ciudadanos.Cuando pasan por un lado de él, le ha tocado escuchar que la gente murmura "qué hará con ese dinero", "aquí está otra vez", "por qué no lo quita una autoridad".Comentarios que lejos de tumbarlo emocionalmente, lo levantan, sigue tocando, y su mente siempre hacia adelante.
"Lo que no te destruye, te edifica", indica.
Es foráneo, no dice de qué estado, sólo precisa que desde 1985 vive aquí.
A finales de 1994, cuando tenía 17 años, perdió su vista por diversos factores. Nació prematuro ocasionándole un problema en su vista. Después hubo desprendimiento de retina y posteriormente glaucoma.
En sus primeros 17 años era débil visual, podía caminar, sin utilizar un bastón.
Cuando tenía algunos seis años, siempre estaba acompañado de algún juguete, ya sea un armónica o una tambora. A esa misma edad vio en la tele cómo alguien tocaba saxofón, le gustó la música que se emitía.En 1994 cuando estudiaba flauta transversal, escuchaba a su maestro Julio Nevárez tocar magistralmente el saxofón.
"Pensé yo, me dije a mí mismo: algún día seré como Julio Nevárez", recuerda.
Cuando estudiaba, el maestro "Chino" Flores les enseñaba que un músico debía saber actuar para poder transmitir lo que está interpretando y si no, la persona debía irse a su casa.
"Ser invidente no es impedimento para caminar, para salir adelante", señala.
El no conseguir trabajo en las ferias del empleo que organizaba gobierno lo llevó a tocar saxofón en la calle, al principio le daba pena, hoy ya no tanto.Con el saxofón puede tocar blues, baladas, bolero, rancheras, cumbias, duranguense. En lo personal, manifestó, no tocaría duranguense ni música ranchera, música que no va para un instrumento tan elegante.
De lunes a sábado trabaja normalmente de 09:00 a 13:00 horas, y si el calor no es fuerte, le sigue, añadió.
ASÍ LO DIJO
"Ser invidente no es impedimento para caminar, para salir adelante"
"Yo aspiro a algo más, algo mejor, algo remunerado, si Dios me permite estudiar Derecho"
VIA: NOROESTE.COM
Claudia Beltrán
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